
Actualizado con fecha 26/05/2023
Primero hay que decir que la mediación es un proceso que abarca la conciliación y el arbitraje, pero que cuenta con características muy diferentes, pero ¿Cuáles son los beneficios de la mediación frente al procedimiento judicial?.
Para comenzar, la mediación se encuentra dentro de los llamados procesos autocompositivos. Esto quiere decir que un tercero actúa entre las partes. Por eso, el mediador no será quien determine cuál será la solución al conflicto, por el contrario, su fin es acercar las partes y sus puntos de vista para que estas puedan alcanzar un acuerdo, todo gracias a la mediación. Sin duda uno de los grandes beneficios de la mediación.
En cuanto a su regulación, en la Unión Europea se lleva a cabo de manera formal desde el año 1998 con la Recomendación y mediante el Libro Verde sobre las modalidades alternativas de resolución de conflictos en el ámbito del derecho civil y mercantil en 2002. Finalmente, se regulariza la mediación en la Directiva 2008/52/CE del Parlamento europeo y del Consejo de 21 de mayo de 2008 sobre mediación en asuntos civiles y mercantiles.
En España se encuentra regularizada en la Ley 5/2012 del seis de julio de Mediación en asuntos civiles y mercantiles. Sin embargo, muchas Comunidades Autónomas han ido por delante y han ejecutado sus propias leyes de mediación, normalmente enfocadas al ámbito de la mediación familiar.
No hay una línea clara de cuándo es necesaria la mediación, pero normalmente son casos que no involucran delitos penales o muy graves, los que deben ser llevados por un tribunal.
Veamos a continuación los diferentes beneficios de la mediación y los aspectos principales en los que se diferencian la Mediación (como por ejemplo el divorcio) y el Proceso Judicial.
La mediación es la única vía de solución de conflictos que se centra en la persona y entre las partes durante todo el proceso:
El procedimiento judicial es llevar un conflicto hasta los tribunales para que sea un juez el que decida cómo se va a llevar a cabo la resolución del problema según la ley y su juicio:
A continuación, también queremos que conozcáis los beneficios de la mediación frente al procedimiento contencioso.
Un contrato consensual es aquel que se perfecciona por la mera voluntad explícita en la manifestación del consentimiento de las partes contratantes, además, es estrictamente necesario que se manifieste de forma expresa.
La vía contenciosa es un procedimiento judicial seguido ante los tribunales, cuando estos deben decidir debido a la existencia de desacuerdo entre las partes litigantes. Este desacuerdo o contencioso es lo que da tal carácter a la intervención del tribunal.
La mediación como vía de solución de conflictos es una forma de justicia mucho más cercana y empática, dado que promueve el diálogo y las buenas prácticas. Además, hay claros beneficios de la mediación que la diferencian de otros sistemas de resolución de conflictos y, sobre todo, frente al procedimiento judicial.
Uno de los principales beneficios de la mediación es que, a diferencia del procedimiento judicial, es el único proceso que llega a una resolución de conflictos a partir de la participación activa de las partes y que cuenta con un valor legal relevante. Como bien sabemos, la vía judicial no se centra en las personas, sino en el conflicto a resolver de la persona y en la ley aplicable al mismo.
En el sistema judicial no se tiene como prioridad el hecho de cómo se siente una persona ante su conflicto, sino que lo que es considerado como principal es el conflicto y las pruebas que pueda aportar cada parte como argumento o punto de vista. Por esta razón, las demandas se basan en pruebas que valgan como hechos demostrables y fundamentos de derecho, al igual que las sentencias que las resuelven recogen hechos probados, fundamentos de derecho y fallos.
Todo lo anterior siempre desde un punto de vista absoluto y legal, donde, en muchas ocasiones, no se llega a una solución, por lo tanto, el conflicto emocional es siempre mayor frente a un procedimiento de mediación, ya que desde el sistema judicial español no se puede abordar una solución emocional que, realmente, suele ser la fuente de todos los conflictos y lo que buscan las partes.
La mediación crea y facilita un espacio de diálogo y comunicación entre las partes implicadas. Además, es un proceso que se debe llevar a cabo de manera totalmente voluntaria, puesto que ninguna parte es forzada a participar en la mediación, por lo tanto, usualmente son más abiertas al diálogo.
Cuando es necesaria la mediación, quienes actúan como mediadores facilitan un espacio para que ambas partes se comuniquen y expresen sus argumentos. Al encontrarse fuera del pesado ambiente de un juzgado, las partes se encuentran presenten en un ambiente más óptimo y menos tenso, donde lo primordial son las emociones de las personas y no la dureza de un juez, jurado y testigos, y será mucho más probable que las partes puedan volver o iniciar un diálogo que tenga como fin la resolución del conflicto, basándose siempre en la armonía, colaboración y respeto y así, indudablemente y con el papel de guía del mediador, podrán llegar a un acuerdo privado y personalizado a su problema, que cumpla con sus requerimientos, sus intereses y sus necesidades.
En un juicio el diálogo es prácticamente inexistente. Se formularán preguntas por los abogados y habrá respuestas de sus clientes en la práctica de la prueba de interrogatorio, preguntas que necesariamente y por norma legal, siempre tendrán que ser formuladas y versar sobre el objeto del proceso, o sea sobre ”el problema”, sin que en ningún caso deban formularse preguntas sobre temas personales, valoraciones subjetivas, opiniones, sentimientos o emociones personales fuera del proceso.
Eso sí, siempre y cuando el abogado de la parte contraria solicite el interrogatorio de parte, porque en muchas ocasiones nuestro cliente, que está deseando que llegue el día del juicio para hablar y contarle al juez su versión de los hechos, ve frustradas todas sus expectativas al comprobar que quien tiene el poder de decidir si hablará o no en el juicio para compartir su versión de los hechos será, no su abogado, sino precisamente el abogado contrario, quien para colofón de todo, muchas veces no propondrá el interrogatorio de la parte contraria, todo desde las estrategias jurídicas.
Además, en algunos casos, en el juicio también se inhibe la tan apreciada en cualquier otro ámbito comunicación no verbal, ya que un simple gesto de desconcierto, crítica, alegría, desaprobación o cualquier otro similar puede ser amonestado e inhibido por el juez en defensa y salvaguarda de la formalidad que debe imperar en una sala de vistas, a pesar de ser perfectos conocedores de la valiosa información que puede guardar este simple gesto.
La mediación cuenta con los recursos necesarios para desarrollar nuestra capacidad de gestionar los problemas con los demás. La práctica de:
Todos estos recursos son utilizados en el proceso de mediación, no solo para intentar alcanzar un acuerdo o solución al conflicto, sino que las partes del proceso de mediación también las aprenden e interiorizan de forma que las mismas quedan integradas en su vida personal.
Y todo con el objetivo de que puedan ser reutilizadas en el devenir de su vida ante la aparición de nuevos conflictos que a buen seguro, después de haber pasado por un proceso de mediación, las partes afrontarán y serán capaces de gestionar desde otra perspectiva y por la mejor vía del diálogo y la colaboración mutua.
Sin duda, mientras la vía judicial incrementa la escalada del conflicto, la mediación lo pacifica. En un proceso de mediación se deconstruye el conflicto para entenderlo mejor, analizarlo y abordarlo adecuadamente, reduciendo así su escalada que deviene una necesidad fundamental para poder avanzar hacia su solución.
No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho y ello sólo es posible en un proceso de mediación por ser la única vía que aborda el conflicto desde la emoción, ya que el conflicto no es un desacuerdo de razones sino de emociones.
Es necesario desmenuzar el conflicto para poder así entenderlo y poder empezar a construir su solución. Algo que resulta inviable en un procedimiento judicial donde desde que interponemos la demanda, y a lo largo de todo el procedimiento judicial, se irá incrementando la escalada del conflicto hasta encontrar su punto más álgido precisamente el día de celebración de la vista.
La mediación suele ser mucho más rápida que el proceso judicial. Esto no solo ahorra tiempo, sino también recursos económicos y emocionales.
En un procedimiento judicial, el tiempo necesario para resolver un conflicto puede ser prolongado y variable debido a la carga de trabajo de los tribunales y los plazos legales establecidos. Mientras, la mediación es un proceso más rápido. Las sesiones de mediación se programan según la disponibilidad de las partes y del mediador, lo que permite un inicio más rápido y un cronograma más flexible, lo que puede conducir a una resolución en cuestión de semanas.
La mediación responsabiliza a las partes de lo que ha pasado y de su misma solución. Las partes son las únicas y auténticas protagonistas en su conflicto y en su solución. Son las partes las que tienen el control sobre el resultado del proceso de mediación y sobre los tiempos invertidos en conseguir sus acuerdos.
Mientras que en el procedimiento judicial y en el resto de vías de solución de conflictos, el único protagonista y quien realmente lleva el control del proceso, del tiempo y su resultado es el juez, porque las partes así lo han elegido al decidir delegar la solución de su conflicto.
Si estás enfrentando algún tipo de conflicto y buscas una solución pacífica y efectiva nuestros abogados pueden ayudarte, contamos con expertos mediadores inscritos en el registro oficial del Ministerio de Justicia, que te acompañan y asesoran en todo momento para conseguir el mejor acuerdo.